Los monumentos y edificaciones construidas por el hombre no son el único atractivo de las ciudades o países. Y es que cada vez son más los turistas que se embarcan en viajes para conocer lugares insólitos por sus formaciones naturales.
Las piscinas naturales son uno de los mayores atractivos naturales para los turistas. Alrededor del mundo hay multitud de piscinas naturales para disfrutar de un baño de forma única. Sin embargo, las de Pamukkale en Turquía son especialmente bonitas.
Pamukkale significa castillo de algodón. Estas piscinas en forma de terrazas de color blanco son una formación geológica producidas por una reacción química de calcio, oxígeno y dióxido de carbono. Terremotos ocasionados por movimientos tectónicos fueron los causantes de la formación de 17 manantiales con temperaturas entre los 35 y 100 °C.
Se encuentra a unos 20 km de la ciudad de Denizli, a 600 km de Estambul y 500km de Ankara. Para llegar a esta maravilla lo podéis hacer en avión, autobús o tren. Se trata de una zona muy visitada por los turistas por lo que encontrarás multitud de hoteles, alojamientos y restaurantes para que puedas pasar una estancia agradable.
Nuestra recomendación es ver las piscinas naturales al amanecer o anochecer, pues se trata de una de las imágenes más bonitas que puedes tener.
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